Definir el coaching no es una tarea sencilla, existen variadas definiciones que nacen de una misma estructura y del modo de realizar dicha práctica.
El coaching parte de realidades científicas y consta de una serie de herramientas y técnicas que requieren inventiva, perspectiva, intuición y creatividad para adaptarlas a las verdaderas necesidades de la persona.
El coaching no dice a las personas qué hacer. Ayuda a clarificar y controlar su vida. Ayuda a las personas a evaluar lo que están haciendo en su vida tomando en cuenta sus metas, sueños, valores e intenciones. Les da nuevas opciones y conduce al cambio.
El coaching ayuda a la persona a superar los bloqueos mentales más allá de lo que ellos mismos pensaron que era posible. Ayuda a clarificar las metas, hacerlas más retadoras y motivadoras para poder alcanzarlas con la energía que viene de sus valores más profundos.
En el proceso de coaching se acompaña a las personas para favorecer la toma de conciencia con el objetivo de superar la situación en la que la persona se encuentra y así conseguir alcanzar lo mejor de sí mismas en todo aquello que deseen.
El coaching es un proceso, ello implica que:
- no es una acción puntual, sino una estrategia estructurada buscando la eficacia de la acción
- se defina un marco y una estrategia de intervención, estructurada en etapas, que servirán de referencia pero que serán flexibles adaptándose a las exigencias puntuales de la situación.
El coaching es un proceso dialogado de transformación, enseña a acometer el cambio como una oportunidad de transformación positiva venciendo los miedos que se generan.
¿Quieres experimentar un cambio y no sabes por dónde empezar?