¿Te has parado a pensar cuántas excusas pones al día?
La excusa estrella, que todos, ¡TODOS!, hemos usado, es: ¡no tengo tiempo!
Pero la lista de excusas, si hiciéramos una, puede ser bastante larga. Y ojo, que todos, absolutamente todos, hemos usado alguna excusa en más de una ocasión.
Los ámbitos del día a día en los que las usamos con más frecuencia son: la alimentación y el deporte.
“No tengo tiempo para cocinar” “no tengo tiempo para ir a un gimnasio” “en la cocina tienes que estar muchas horas para preparar algo de comer” “no tengo motivación para ir un gimnasio y además, tampoco me gusta” ¡excusas, excusas, excusas!
Te gusta comer sano, ¿verdad? Quieres sentirte bien y en forma, ¿verdad? Pues entonces, ¿por qué usas excusas?
Las excusas no dejan de ser, mecanismos que usamos para no hacer algo que no nos gusta. Pero realmente, debes colocar en una balanza y ver qué pesa más. ¿Estar sano comiendo bien y haciendo ejercicio o comer insano y no estar en forma pero justificándolo con excusas?
Las excusas las usamos para no sentir remordimientos por no hacer algo. Me atrevo a asegurar que todos en este planeta queremos sentirnos bien. Entonces, ¿por qué hay tantas enfermedades y sedentarismo? Porque hay excusas, así de simple.
¿Quieres estar todo el tiempo rodeado/a de excusas? O ¿quieres sentirte bien/en plenitud porque rompiste toda relación con las excusas y has tomado las riendas de tus acciones?
Las excusas las creas para no tomar acción. La única manera de pasar a la acción es no poniéndote excusas.
¿Cómo hacerlo?
Tienes que saber identificar las excusas que crea tu cerebro para no hacer algo. ¿por qué lo hace? Porque el cambio implica incomodidad y el cerebro saca a relucir toda la artillería pesada para no hacer algo que le resulta incómodo.
Dejar inconclusa una actividad genera una carga de culpa y decepción lo que influye considerablemente en tus decisiones.
Por lo tanto, el cerebro prefiere no empezar una actividad, porque recuerda que es probable dejarla incompleta y así ahorrarse el dolor que implica.
La única solución para conseguir un cambio e incorporar en tu vida los hábitos correctos, no es la motivación, es simplemente tomar acción constante y reconocer cuando estas excusas están apareciendo.
Una vez que el hábito esté incorporado en tu vida, todo es mucho más fácil y no requerirá un esfuerzo.
Así que, deja de mentirte a ti mismo a partir de ahora.